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Los diablos danzantes de Naiguatá, se hicieron sentir desde tempranas horas al son del repique de los tambores, y bailes coloridos luego de que después de 84 años la festividad del Corpus Cristi coincidiera con la celebración del día de San Juan Bautista. El primer mandatario regional, Jorge Luís García Carneiro, hizo acto de presencia en compañía de la primera dama, María de García, Nelson Merentes presidente del Banco Central de Venezuela, la diputada Gladys Requena, el secretario de gobierno José Manuel Suárez, y el director de cultura, Jesús Vizcaino.
El gobernador de Vargas, informó que “estamos estudiando la posibilidad de construir una casa para que todas las manifestaciones culturales, oriundas de está parroquia, tengan una sede donde puedan llevar acabo sus actividades artísticas.”
Manifestó Carneiro que, “con la articulación del gobierno regional, y el Banco Central de Venezuela, podremos cumplir con uno de los deseos de los habitantes de este pueblo que es una casa para la cultura.”
Acotó el mandatario que “Hoy conmemoramos esta fecha que por años ha celebrado el pueblo de Naiguatá, donde los creyentes alzan sus peticiones, al Santísimo Sacramento. En este día pido por la salud del líder de esta revolución el comandante Chávez, así como por el bienestar del pueblo varguense.”
“El año pasado prometimos la reparación de la iglesia de Naiguatá, hoy los naiguatareños cuentan con un templo bonito.” Expresó García Carneiro.
Entre las reparaciones realizadas están: el revestimiento de las paredes de la parte interior de la iglesia, iluminación, electricidad, fachada, techo y la reestructuración de los bancos.
Tradición que se mantiene
Los habitantes de Naiguatá, año tras año realizan la danza de diablos encarnados por devotos del Santísimo Sacramento se realiza para demostrar, públicamente, la sumisión ante el supremo emblema del cristianismo.
Ella otorga a los diablos rostros fabulosos y terribles, alegorías de animales fantásticos secularmente asociados a los deseos impuros, como el cerdo; a la perversidad como los dragones; monstruosos seres marinos y otras tantas imágenes producto de la inspiración de sus creadores. Las máscaras, mágicas y solemnes exhiben expresiones malvadas, asombro o burlonas sonrisas, ostentan cuernos y fieros colmillos, emblema de fuerza y primitivo poderío.